El signo de la pedrada describe la sensación repentina y aguda que experimenta un paciente, como si alguien le hubiera lanzado una piedra, típica de una rotura muscular, especialmente del gemelo interno
¿Qué es el signo de la pedrada?
En lo que se refiere a la fisioterapia musculoesquelética, existen algunos signos clínicos que nos ayudan a guiar con claridad el diagnóstico y el tratamiento de los pacientes en lo que se refiere a lesiones comunes.
Y, es que, uno de los signos más característicos, especialmente en el ámbito deportivo, es el nombrado «signo de la pedrada».
El ya nombrado signo de la pedrada es el término que se utiliza para describir la sensación que siente el paciente cuando sufre una rotura de fibras, ya sea parcial o completa.
Nos referimos a dicho dolor de está manera porque los pacientes que lo padecen lo describen como si alguien les hubiera lanzado una piedra o le hubieran dado una patada. No solamente es esa sensación la que nota, sino que es un conjunto de síntomas, de los cuales vamos a hablar a continuación.
Características del signo de la pedrada
Algunas de las características más comunes del signo de la pedrada son:
- Dolor intenso y, en ocasiones, incapacitante para andar en el tercio distal de la pierna. Este dolor puede ser que solamente dure unas horas y que a los pocos días de haberlo sufrido sientas que ya está curado, pero no es así. Sino que el daño sigue estando en el gemelo y, por tanto, debe ser tratado.
- También es posible, que tras el fuerte dolor, la zona se inflame.
- Incapacidad para andar o caminar de puntillas.
- Sensación de latigazo en el momento que ocurre.
- Puede aparecer un hematoma en la zona de rotura. No siempre tiene que aparecer. Muchas veces depende la profundidad a la que se haya producido dicha rotura.
- Al igual que también se puede apreciar al tacto un pequeño hundimiento de la zona.
Causas del signo de la pedrada
La rotura de fibras muscular se produce principalmente por algún sobresfuerzo o por algún golpe. Algunos ejemplos en los que puede ocurrir son: un salgo, un giro o una parada en seco.
Pero en este caso no tenemos una lista o una serie de circunstancias concretas que se relaciones con esta patología.
Tratamiento
Como siempre decimos, antes de realizar cualquier tratamiento, es necesario que nuestro equipo realicen una valoración inicial. Una vez realizada dicha valoración y cuando nuestros especialista, con ayuda del ecógrafo entre otras cosas, sepa de qué se trata, si rotura parcial o completa, ya podrá saber qué tipo de tratamiento llevar a cabo y cuál puede ser la mejor opción para el paciente.
Ya sea rotura parcial o total, la intervención de los fisioterapeutas es muy importante para que la recuperación del paciente sea completa y funcional.
A continuación vamos a hablar brevemente de las distintas fases por las que pasan los pacientes lesionados y la labor que realizan nuestros fisioterapeutas.
Fase aguda
Esta fase suele durar alrededor de unos 5/10 días. Pero depende mucho del tipo de rotura y de la gravedad y extensión de la rotura muscular. Algunos de los objetivos de estos primeros días son:
- Reducir el dolor
- Reducir la inflamación
- Proteger la zona lesionada
- Mantener la movilidad de las articulaciones del alrededor
Para ello es necesario reposo y aplicación de hielo. Además de ejercicios que ayuden a que no se pierda la movilidad de las articulaciones restantes pero hacer más daño a la zona lesionada.
Fase subaguda
Esta fase se encuentra alrededor los 10/20 días. En esta fase ya el dolor ha desaparecido por completo.
El paciente al no tener dolor puede empezar a realizar estiramientos muy suaves de toda la musculatura del gemelo. Además, también son recomendados los masajes en los músculos del soleo y de los gemelos. Si nuestros compañeros lo vieran necesario pueden también añadir algún vendaje. Y también sería bueno realizar ejercicio suave, como puede ser la natación o la bicicleta.
Todo esto acompañado del tratamiento que nuestros especialistas hayan designado.
Fase funcional
Una vez que las otras dos fases han sido superas, es decir, una vez que el dolor y la inflamación ha desaparecido y que hemos realizado todos los ejercicios de estiramiento y fuerza convenientes para esta lesión, es hora de retomar la actividad física anterior a dicha lesión.
Para llegar a esta fase se suele tardar en torno a los 20/30 días, siempre dependiendo del paciente y del tipo de rotura.
En esta fase es muy recomendable seguir haciendo todos los ejercicios de estiramientos para intentar a evitar que la lesión se vuelva a producir.
Conclusión
Podemos decir que esta forma coloquial, el signo de la pedrada, nos ayuda a identificar la posible patología que sufre el paciente. Ya que al explicarnos el dolor y relacionarla el signo ya nombrado, nuestros especialistas pueden tener un apunte hacía la rotura muscular en el gemelo.
Si estoy ocurre es muy importante ser tratado desde el principio con fisioterapia para que la recuperación sea lo más rápida y breve posible.
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