Saltear al contenido principal
El cambio de calzado en verano, de un calzado cerrado y protector a zapatos de verano como pueden ser sandalias, chanclas o alpargatas, puede tener consecuencias en la salud de los pies y la biomecánica del mismo y, por tanto, puede requerir tratamiento de fisioterapia.

Tipos de zapatos más comunes en verano

Algunos de los tipos de calzado más utilizados en verano que pueden derivar en la asistencia a tratamientos de fisioterapia son:

  • Chanclas: las cuales suelen ser muy planas, sin soporte y obligan al pie a realizar esfuerzos para poder sujetarlas.
  • Sandalias planas, las cuales son muy parecidas a las chanclas aunque en este tipo de calzado tiene más sujeción.
  • Alpargatas, en este caso suelen tener más sujeción pero no llevan ningún tipo de amortiguación ni arco plantar.
  • Zapatos minimalistas, los cuales imitan una pisada descalza.
  • Sandalias anatómicas: son las que tienen más soporte del arco y, además, también tienen más estabilidad.

Impacto de la pisada con el calzado de verano

Algunos de los aspectos en las que influyen el calzado de verano, especialmente los zapatos más minimalistas son:

  • Soporte del arco plantar, esto significa que los zapatos que apenas tienen soporte puedan favorecer a un colapso del arco, es decir, una sobrepronación.
  • Distribución de carga. Al no tener un buen soporte puede redistribuir mal la presión plantar, lo que puede provocar más carga en metatarsos o en el talón.
  • Estabilidad de tobillo. La falta de sujeción puede aumentar el resigo de esguinces.
  • Lesiones de pies y tobillos: los zapatos de verano, si no ofrecen buen soporte y amortiguación, pueden aumentar las probabilidades de sufrir molestias y patologías de las que hablaremos más adelante
  • Alteración sobre la marcha, otras de las consecuencias de la falta de sujeción y apoyo  en los dedos de los pies con el calzado de verano es que puede modificar la forma en que se desplaza el cuerpo, causando tensión en los músculos de la pierna y la espalda.
  • Aumento de la presión en el pie, lo que puede provocar dolor y alteraciones.
  • Rozaduras y ampollas, esto se debe a le exposición en un largo periodo de tiempo al sol y el sudor que este provoca puede aumentar el riesgo de rozaduras y ampollas.
  • No podemos olvidar las alteraciones en la postura, la falta de sujeción y de soporte en los pies en los zapatos de verano puede afectar a las rodillas, las caderas e incluso a la alineación de la columna.

Lesiones más comunes con el calzado de verano

El uso prolongado del calzado de verano inapropiado puede contribuir o provocar algunas de las siguientes dolencias o patologías:

  • Esguince de tobillo

La falta de soporte en muchos calzados de verano deja el tobillo más expuesto a sufrir lesiones. Cambiar repentinamente a este tipo de calzado, especialmente al caminar en terrenos irregulares o realizar actividades al aire libre, puede aumentar el riesgo de esguinces.

  • Fascitis plantar.

En verano, el uso de calzado plano o sin suficiente amortiguación puede desencadenar o empeorar la fascitis plantar, una afección que provoca dolor en el talón y la parte inferior del pie debido a la inflamación de la fascia plantar.

  • Tendinopatías

Pasar a un calzado diferente en verano puede alterar la forma en que caminamos y generar más tensión en ciertos tendones, como los peroneos y el tibial posterior, aumentando el riesgo de tendinopatías

  • Dolores lumbares

El calzado sin soporte adecuado puede alterar la alineación de la columna y provocar desequilibrios musculares, lo que a largo plazo puede derivar en molestias o dolor en la zona lumbar.

  • Dolor de rodilla

El uso de calzado plano y sin estructura puede cambiar la forma en que se distribuye la carga sobre la rodilla, favoreciendo el dolor, especialmente si ya existen desequilibrios musculares o articulares.

  • Dolor de cadera

El calzado sin amortiguación afecta la forma en que absorbemos el impacto al caminar, lo que puede traducirse en sobrecarga para la cadera y molestias con el tiempo.

  • Sobrepronación o supinación excesiva

Un calzado sin soporte adecuado puede acentuar patrones de marcha como la sobrepronación (exceso de apoyo hacia el borde interno del pie) o la supinación (apoyo excesivo hacia el borde externo). Estas alteraciones pueden generar molestias y sobrecargas en tobillos, rodillas, caderas y zona lumbar.

Intervención de la fisioterapia

Con la llegada del verano, muchos de nosotros cambiamos nuestro calzado habitual por opciones más frescas y ligeras como chanclas, sandalias o zapatos planos. Aunque parecen cómodos y prácticos para los días calurosos, lo cierto es que muchos de estos modelos no ofrecen el soporte que nuestros pies y cuerpo necesitan.

El calzado inadecuado puede provocar una serie de alteraciones musculoesqueléticas, desde sobrecargas hasta lesiones crónicas. En este contexto, la fisioterapia juega un papel clave tanto en la prevención como en el tratamiento. Estas son algunas de las formas en que un fisioterapeuta puede intervenir:

  • Evaluación de la marcha y la pisada

A través de una valoración biomecánica, se estudia cómo caminas, cómo apoyas el pie y si existen desviaciones que puedan derivar en lesiones.

  • Reeducación de la marcha

Se trabaja para restablecer un patrón de marcha saludable, especialmente si ha sido alterado por un calzado inadecuado.

  • Ejercicios de fortalecimiento y estiramiento

Los músculos del pie también necesitan ejercitarse. Se incluyen ejercicios para mejorar la estabilidad, fuerza y movilidad, previniendo lesiones y mejorando el rendimiento en la marcha.

  • Rehabilitación de lesiones

En el caso de que el calzado de verano nos hubiera provocado alguna lesión, nuestros profesionales pueden tratar dichas lesiones, previamente evaluadas junto con el ecógrafo.

  • Terapia manual

Para aliviar tensiones acumuladas y mejorar la movilidad de articulaciones como el tobillo o el dedo gordo.

  • Recomendación de calzado adecuado

Un fisioterapeuta puede ayudarte a elegir el mejor tipo de zapato de verano según tu tipo de pie, e incluso recomendarte plantillas si lo necesitas.

Recomendaciones

  1. Limita el uso de chanclas: úsalas solo en entornos como la playa o la piscina, ya que no ofrecen la sujeción ni el soporte necesarios para un uso prolongado.

  2. Opta por sandalias con buen soporte: busca modelos con sujeción en el talón y plantilla anatómica que respete la curvatura natural del pie.

  3. Varía tu calzado y estimula el pie: alternar diferentes tipos de calzado ayuda a prevenir sobrecargas. Siempre que sea posible, camina descalzo en superficies naturales como césped o arena para activar la musculatura del pie.

  4. Ejercita tus pies: incluye rutinas sencillas como recoger objetos con los dedos o rodar una pelota bajo la planta para mejorar fuerza y movilidad.

  5. Consulta a un fisioterapeuta: si presentas molestias persistentes en pies, rodillas o zona lumbar, un profesional puede ayudarte a detectar el origen y guiarte en el tratamiento adecuado.

Contacta con nosotros

Si tienes alguna duda o quieres concertar alguna cita con nosotros, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Además, si tienes alguna duda también estamos a tu disponibilidad. Puedes llamarnos, escribirnos a través de WhatsApp o si lo prefieres puedes venir a visitaros.

 

Volver arriba