La terapia miofascial visceral es un tratamiento manual que tiene como objetivo liberar tensiones o bloqueos en el tejido fascial que rodea y conecta los órganos internos con otras partes del cuerpo.
¿Qué es la terapia miofascial visceral?
La terapia miofascial visceral es una técnica manual que busca liberar restricciones en el tejido fascial que envuelve y conecta los órganos internos con el resto del cuerpo.
Lo que busca esta técnica es liberar tensiones así como mejorar la movilidad de los músculos, las fascias y los órganos internos
Se basa en la idea de que la fascia (tejido conectivo que rodea músculos, órganos y estructuras corporales) puede desarrollar tensiones y restricciones que afecten la movilidad y función de los órganos, generando disfunciones y dolor.
Este tipo de terapia se utiliza dentro de la fisioterapia y la osteopatía para mejorar la movilidad visceral, la circulación y la comunicación neuromuscular entre los órganos y el sistema musculoesquelético.
Patologías
La terapia miofascial visceral puede ser útil para tratar diversas patologías, algunas de las que podemos encontrar son:
1. Trastornos digestivos:
- Trastornos digestivos
- Reflujo gastroesofágico
- Síndrome de intestino irritable
- Estreñimiento crónico
- Hinchazón y gases
- Adherencias postquirúrgicas en el abdomen
2. Dolor musculoesquelético
- Lumbalgias y dorsalgias de origen visceral
- Dolor pélvico crónico
- Fibromialgia
- Síndrome miofascial
3. Alteraciones ginecológicas y urológicas
- Disfunciones del suelo pélvico
- Dolor menstrual severo (dismenorrea)
- Endometriosis (como complemento al tratamiento médico)
- Incontinencia urinaria
4.Problemas respiratorios
- Restricciones diafragmática
- Asma
- Disfunciones del nervio frénico
5. Trastornos posquirúrgico
- Cicatrices y adherencias que generan dolor o limitación funcional
- Recuperación tras cesáreas, laparoscopias o cirugías abdominales
Tipos de tratamientos en la terapia miofascial visceral
Los tratamientos incluyen técnicas manuales específicas aplicadas por fisioterapeutas especializados:
- Liberación Miofascial Visceral
• Aplicación de presión sostenida en puntos de restricción para liberar adherencias en la fascia visceral. - Movilización de Órganos
• Técnicas de deslizamiento y bombeo para mejorar la movilidad de vísceras como el estómago, intestinos, hígado o vejiga. - Trabajo Diafragmático y Respiratorio
• Técnicas de relajación y activación del diafragma para mejorar la movilidad torácica y abdominal. - Neurodinamia Visceral
• Estimulación de la relación entre sistema nervioso y órganos internos para mejorar la función visceral. - Terapia Manual para el Suelo Pélvico
• Técnicas internas y externas para mejorar la función de la vejiga, útero y recto.
¿Qué Puede Hacer la Fisioterapia en la Terapia Miofascial Visceral?
Los fisioterapeutas especializados en terapia visceral pueden:
- Evaluar y tratar restricciones en la fascia visceral y su relación con el sistema musculoesquelético.
- Mejorar la movilidad de órganos y diafragma para aliviar síntomas digestivos y respiratorios.
- Tratar el dolor crónico relacionado con disfunciones viscerales.
- Favorecer la recuperación postquirúrgica reduciendo adherencias.
- Ayudar en la rehabilitación de disfunciones del suelo pélvico y problemas ginecológicos.
Esta terapia es un enfoque complementario que puede combinarse con otras técnicas fisioterapéuticas, osteopatía, ejercicio terapéutico y cambios en el estilo de vida para lograr mejores resultados en la salud global del paciente.
Contraindicaciones de la terapia miofascial visceral
A pesar de sus beneficios, la terapia miofascial visceral no es adecuada en ciertas situaciones, ya que puede agravar algunas condiciones médicas.
Contraindicaciones absolutas, es decir, que no se puede aplicar en ninguno de estos casos:
- Infecciones agudas: peritonitis, infecciones abdominales o pélvicas activas, fiebre de origen desconocido
- Cáncer o tumores abdominales: en fase activa o con metástasis o sin autorización médica
- Hemorragias o riesgo de sangrado. Como puede ser: úlceras sangrantes, cirrosis con varices esofágicas o anticoagulación en dosis elevadas
- Obstrucción intestinal o hernias graves: Ileo paralítico o mecánico o hernias de gran tamaño en riesgo de estrangulación
- Embarazo en primer trimestre, y con precaución durante todo el embarazo: riesgo de aborto espontáneo y embarazo de alto riesgo
- Aneurismas abdominales o vasculares: riesgo de rotura con manipulación
Contraindicaciones relativas en las cuales se necesita precaución y evaluación médica previa:
- Postoperatorios recientes. En este caso es recomendado esperar tiempo prudencial según indicaciones médicas.
- Enfermedades inflamatorias intestinales en fase aguda como puede ser: crohn o colitis ulcerosa.
- Hipertensión arterial descontrolada.
- Dolor abdominal sin diagnóstico claro para así descartar patologías graves antes del tratamiento.
- Cirugía abdominal reciente. En este caso concreto puede ser útil después de la cicatrización, pero no en la fase aguda)
La terapia miofascial visceral es una herramienta muy útil en fisioterapia para mejorar la movilidad visceral y aliviar disfunciones musculoesqueléticas relacionadas con órganos internos. Sin embargo, es fundamental evaluar al paciente para descartar patologías que puedan contraindicar su aplicación y trabajar siempre en coordinación con médicos en casos delicados.
Beneficios de la Terapia Miofascial Visceral
La terapia miofascial visceral tiene múltiples beneficios que pueden notarse desde la primera sesión, aunque sus efectos más profundos suelen desarrollarse a lo largo del tiempo con un tratamiento continuo.
Beneficios a corto plazo
Estos beneficios son aquellos que aparecen de inmediato o después de pocas sesiones. Vamos a ver brevemente alguno de ellos
- Alivio del Dolor: disminuyendo las tensiones musculares y viscerales. Además de reducir dolor lumbar, pélvico o abdominal relacionado con restricciones fasciales.
- Mejora de la movilidad. Con esto conseguimos que una sensación de mayor libertad de movimiento en toda la zona tratada, junto con la relajación del diafragma y una mejor expansión torácica.
- Regulación del sistema nervioso autónomo. Con esto nos referimos una reducción del estrés y una relajación más profunda. Sin olvidar que también conseguimos una mejor calidad de sueño
- Mejor función digestiva. Con la terapia miofascial visceral podemos conseguir que los pacientes mejores su hinchazón, juntos con los gases y todas las molestias digestivas que ello conlleva. También pueden notar un mejoría en el tránsito intestinal.
- Liberación de restricciones postquirúrgicas. Mejorando la elasticidad de las cicatrices y adherencias y disminuyendo la sensación de tirantez en la zona operada.
Beneficios a Largo Plazo
En este caso los beneficios no se ven de forma tan rápida o inmediata, sino que es necesario que pase el tiempo y el número de sesiones para poder ver estás mejorías de la terapia miofascial visceral. A continuación os contamos algunos de estos beneficios:
- Mejora global de la función visceral. Con esto nos referimos a una regulación del sistema digestivo, ginecológico y urinario. Además, de la prevención de disfunciones crónicas relacionadas con la movilidad visceral.
- Prevención de dolor crónico. Podemos llegar a conseguir una reducción de la frecuencia e intensidad de lumbalgias, dorsalgias y dolor pélvico. Sin olvidar que con este beneficio podemos conseguir la necesidad de medicación para el dolor.
- Optimización de la postura y el movimiento. Esto se debe a que hemos conseguido una corrección de compensaciones postulares derivadas de las restricciones viscerales. Además de conseguir una mayor armonía en el movimiento y equilibrio corporal
- Mejora en la capacidad respiratoria. Esto se consigue aumentando la movilidad diafragmática y torácica. Junto con una mejor oxigenación y, por lo tanto, menor fatiga
- Favorece la recuperación postquirúrgica y reduce complicaciones. La terapia tiene como beneficio un mejor riesgo de adherencias Terapia miofascial visceral, además de conseguir una mejor recuperación tras cesáreas, cirugías digestivas o ginecológicas.
- Regulación del estrés y el sistema nervioso autónomo. Y, por último, pero no menos importante, conseguimos una reducción mantenida del estrés, consiguiendo una mejor adaptación en situaciones de estrés. Sin olvidar los beneficios que tiene esta terapia para cosas como la fibromialgia, fatiga crónica o trastornos de ansiedad.
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