Podría decirte que es una lesión que sucede una vez que se separan los músculos rectos del abdomen, lo que provoca deterioro y malestar del tejido que lo envuelve y conecta. Sin embargo, lo mismo se entiende mejor si te digo que es aquello que nos deja un vientre desplazado, que podemos catalogar como “descolgado”, o el bulto que aparece en el abdomen y notamos al incorporarnos. En conclusión, no se trata de un perjuicio a nivel muscular, sino de una lesión del tejido cuando excede el límite de peso que puede aguantar esta zona.
¿Cómo saber si padecemos diástasis abdominal?
Aquí no hay fórmulas milagrosas que nos ayuden a detectar con seguridad que padezcamos esta patología, por lo que se puede valorar a través de una ecografía o test realizados por profesionales especializados en la fisioterapia de suelo pélvico, para poder detectarlo y saber cómo tratarlo.
¿Por qué aparece la diástasis abdominal?
Algunos motivos son:
- A causa de malas posturas habituales.
- Sobrecarga en entrenamientos con presiones descontroladas.
- Operaciones quirúrgicas en el área del abdomen.
- Alteración del suelo pélvico con pérdida en la funcionalidad de la musculatura.
- Tras embarazo.
¿Qué ocurre cuando padezco diástasis abdominal?
Cada cuerpo es un mundo, por lo que las consecuencias dependen del tipo de diástasis que se produzca en cada persona. De hecho, pueden aparecer algunas que se encuentren en la parte superior del ombligo y otras que lo hagan en la parte inferior. Del mismo modo, existen aquellas de tamaño muy ancho y con poca profundidad o todo lo contrario. Todas ellas pueden causar:
- Trastornos en el suelo pélvico: se produce una alteración de la postura corporal a causa de la presión mal gestionada sobre el abdomen. También, aparecen las incontinencias por esfuerzos como la risa o la tos que ejercen una fuerza a nivel abdominal y no están controladas debidamente.
- Malestar lumbopélvico: la sobrecarga creada por posiciones de esfuerzo provoca dolores pélvicos y lumbares.
- Dolor e hinchazón en el abdomen.
¿Tener diástasis abdominal me permite entrenar?
Ese pensamiento de estar condenado a vivir sin entrenamiento a causa de esta patología es un error que los fisioterapeutas buscan combatir. Vivir con este diagnóstico es un aliciente para practicar ejercicio.
Ponerse en manos de un especialista y recibir su valoración es indispensable para poner en marcha los pasos de recuperación:
- Terapia de fisioterapia: con ella se trata el problema en torno al tejido conectivo. Incluso los cambios en la nutrición ayudarán a crear una zona saludable y preparada para su evolución.
- Entreno de la diástasis:
- Trabajar la musculatura profunda y superficial del abdomen.
- Ejercitar la faja lumbar, pélvica y abdominal con el fin de fortalecerla.
CASOS REALES DE FISIO – INNOVA
“CON UNA PREVENCIÓN ANTERIOR ESTO SE PODRÍA HABER EVITADO”
Diego padece diástasis abdominal desde hace año y medio. En el verano de 2019 le hicieron dos intervenciones de cáncer de colon, a pesar de tener un éxito en esas intervenciones, se produjo en su cuerpo un desprendimiento de vientre. “Perdí los abdominales y cuando menos acordé me encontré con un vientre que yo no había tenido nunca”, explicó el paciente.
Una vez detectó esta anomalía acudió a su cirujano quien no le había comentado la posibilidad de que surgiera este problema una vez realizadas las intervenciones. Con un tono más serio explicó el descontento que le producía que nadie le avisara de las posibles consecuencias. Diego afirmó: “con una prevención anterior se podría haber evitado”.
Su caso va mejorando poco a poco, ha conseguido recuperar la zona izquierda, pero la derecha se le resiste. Sin embargo, no desiste en su objetivo. Para él, recibir la ayuda de su especialista en suelo pélvico, Luna Fernandez Cantador, es lo mejor que le ha podido pasar. Tiene muy seguro que practicar los ejercicios le mantendrá en el camino de la recuperación, o al menos del mantenimiento del estado de su abdomen, el cual afirmó que puede empeorar si prescinde de estas actividades personalizadas.
